...“Es común ver durante el verano en nuestra ciudad, gran cantidad de turistas que recorren los paseos más clásicos; el puerto, con sus clásicas lanchitas amarillas es una visita obligada que la disfrutan tanto adultos como niños, la banquina de los pescadores artesanales, es un pintoresco paseo para el turista y la fuente de trabajo de muchas familias que forman parte de nuestra comunidad. Muy cerca de la banquina, encontramos nuestra escuela: “Huincó” Monseñor Enrique Rau, lleva en su nombre dos distintivos que la hacen muy particular: el nombre de su fundador, quien además fue el primer obispo de Mar del Plata: Monseñor Enrique Rau y “Huincó” que significa “aguas claras” característica del lugar, ya que nuestro barrio se llama “las termas de Huincó” . En los años 40-50, todo lo que hoy es el colegio y sus alrededores, fue un gran parque con manantiales de agua surgente. Muy cerca del actual edificio, funcionaba un establecimiento de agua mineral que embotellaba y la distribuía hacia Capital Federal. En la estructura misma del colegio, funcionaba un hotel de descanso, un SPA, en palabras de hoy, alli los manantiales eran explotados también como baños termales, famosos en aquellos años por sus propiedades curativas. Muchas personalidades de nuestro país recorrieron las instalaciones del hotel, hoy nuestra escuela, haciendo uso de las bondades de las aguas termales. Dentro de ella todavía encontramos alguna piscina interna, como testigo de aquella época, también en el frente de la escuela se conservan todavía algunas construcciones originales de lo que fue el hotel.
La propiedad perteneció a una numerosa familia italiana que tenía su finca en los límites del hoy barrio Termas de Huincó, dentro de lo que en aquel entonces se llamaba el Pueblo de Pescadores (el puerto de Mar del Plata) en aquellos años. La visita a las termas era tan obligada, como lo es hoy la plaza del milenio. Con el correr de los años, la urbanización del lugar, la instalación de pozos de agua para el abastecimiento, fue extinguiendo los manantiales y las napas subterráneas hasta que dejó de funcionar el hotel.”
La propiedad perteneció a una numerosa familia italiana que tenía su finca en los límites del hoy barrio Termas de Huincó, dentro de lo que en aquel entonces se llamaba el Pueblo de Pescadores (el puerto de Mar del Plata) en aquellos años. La visita a las termas era tan obligada, como lo es hoy la plaza del milenio. Con el correr de los años, la urbanización del lugar, la instalación de pozos de agua para el abastecimiento, fue extinguiendo los manantiales y las napas subterráneas hasta que dejó de funcionar el hotel.”
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